Esta postura fortalece los glúteos, las lumbares, los brazos y el pecho y aporta equilibrio y paz.
Ejecución
Desde la postura del perro, coge el tobillo izquierdo con la mano derecha. Lleva el brazo atrás, abriendo el pecho y eleva la rodilla como si te estiraran del pie hacia arriba.
Cierra los esfínteres anal y genital, mete el ombligo y haz un par de respiraciones lentas. En cada exhalación eleva la rodilla un poco más, sonríe y disfruta.
Repetir con el otro lado.